Al leer, subrayamos frases o ideas que consideramos importantes. Resaltamos. Hacemos anotaciones al margen agregando información o reordenando la que ya está en el texto de una forma que para nosotros resulte más lógica o útil. Leemos y buscamos los artículos o libros que se mencionan en las referencias o a pie de página o dentro del texto principal, para ampliar la información que se nos brinda. Volvemos al texto de partida. Vamos y venimos. Nos salteamos partes, releemos otras. Agregamos, comentamos, modificamos. Construimos conocimiento.
Lo anterior no resulta para nada nuevo. Para todos los que sean o hayan sido alumnos, sobre todo del nivel universitario, esta forma de leer y adueñarse del conocimiento resulta sumamente familiar. Sin saberlo, estábamos frente a un rudimentario hipertexto, y nosotros éramos intentos de hiperlectores. Hoy, con las nuevas tecnologías de la información, el hipertexto se ha convertido en algo mucho más habitual y reconocible.
La relevancia de los sistemas hipertextuales informáticos, en comparación con otros hipertextos más sencillos, reside en la cantidad de asociaciones viables y la facilidad y velocidad con se las concreta.³
Nicholas Burbules y Thomas Callister toman al Hipertexto como eje de discusión en el capítulo 3 de su libro «Educación: Riesgos y Promesas de las nuevas tecnologías de la información», explorando sus posibilidades pero también sus peligros. Resulta así en un interesantísimo texto para empezar a pensar en cómo escribimos y leemos hoy, a la luz de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, y como trasladamos esto a la práctica docente. Rico en referencias que generan múltiples derivaciones y ramificaciones al abordarlo, el texto trata de presentar el tema de la hipertextualidad justamente desde la perspectiva de un hipertexto.
¿Por qué resulta tan interesante para los docentes estudiar la hipertextualidad? Porque, si lo pensamos, estos procesos muestran grandes similitudes con los procesos de aprendizaje.
La estructura de los entornos hipertextuales es análoga a los modos en que aprendemos -en forma dinámica e interactiva, por medio de asociaciones y exploración-, y puede facilitarlos.
El hipertexo proporciona al usuario la libertad de establecer el curso de navegación a través del material en función de su propio interés, curiosidad y experiencia. (…) El hipertexto concreta la idea de una lectura interactiva.
Este proceso de seleccionar y asimilar activamente información nueva a partir de estructuras cognitivas coherentes para cada persona, combina las posibilidades del hipertexto con las teorías constructivistas del aprendizaje (…). El aprendizaje y la comprensión funcionan por medio de asociaciones. Logramos comprender algo cuando podemos asociarlo con otras cosas que ya sabemos. La mente y la memoria son en sí mismas hiperentornos.³
Si bien la idea de la hipertextualidad, de la libertad y la interactividad en la lectura, resulta sin dudas atractiva, también posee dificultades inherentes a la cantidad de información y a la falta de jerarquía en la misma. Nosotros mismos, como docentes, muchas veces nos embarcamos en la navegación de hipertextos que muchas veces terminan arrastrándonos a islas de información, útil o inútil, que solo generan caos y anarquía. Mares de información en los que tratamos, no sin dificultades, de orientarnos usando nuestra experiencia o experticia como brújula.
Imaginemos entonces el panorama que se les presenta a los alumnos, expertos en el arte de la navegación, pero novatos en la temática que intentan estudiar. Creo que parte de la tarea como docentes debe ser la de guiarlos en las nuevas formas de leer y escribir, incentivándolos siempre a una lectura crítica, a la contrastación de fuentes, a la búsqueda de aristas distintas que les resulten interesantes de acuerdo a sus intereses particulares y les permitan generar nuevas conexiones entre lo nuevo y lo que ya poseen. Sólo así podrán convertirse en hiperlectores, o al menos en usuarios críticos de los hipertextos. Navegantes de la hipertextualidad.
³:"Educación: Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información", Burbules N., Callister T. (h)